El otro día leí este articulo en el HBR (http://blogs.hbr.org/bregman/2011/08/whos-on-your-fridge.html) y lo quería compartir con vosotros. Me parece muy interesante lo que propone el autor.
Cuenta como se encontró en el gimnasio con un señor mayor que desprendía mucha energía y entusiasmo. Después de una corta conversación le pidió sacarle una foto para ponerlo en su nevera. No sabía absolutamente nada sobre el hombre, solo sabía que le gustaba como le hacía sentir.
Esto le llevó a la idea de empezar una colección de fotos en su nevera de personas corrientes, de a pie, a las que apenas conoce que le inspiran con alguna cualidad que quiere mejorar en él mismo.
Explica que la idea es muy simplista, pero que en realidad las personas somos más complicadas. Y que lo más seguro es que si conociésemos a fondo a estas personas, quizás nos fijaríamos más en lo negativo y pasaríamos por alto sus cualidades positivas. El hecho de que sean conocidos hace que se pierda todo el encanto.
Los que me conocen saben que siempre recomiendo que busquemos modelos, personas en quienes fijarnos. Recomiendo tener no solo un modelo, sino muchos. No pretendemos ser como ellos, solo aprender o fomentar en nosotros alguna cualidad que ellos tienen que nos gusta. Personas que tienen un talento o un rasgo que nos gustaría emular. Pueden ser personas conocidas, desconocidas, vivas o muertas. Tú eliges tus modelos.
No hace falta decir que la idea de Bregman me encantó! Aunque debo de admitir que yo no me atrevería a pedirle una foto a un extraño. Así que he empezado una lista. Con personas que me han impactado, sorprendido o tocado de cierta forma. Personas como tú o yo que tienen cualidades que me gustan.
Solo os dejo con una pregunta….
Y vosotros, ¿De quién pondríais una foto en vuestra nevera?
Cuenta la leyenda que en 1519 Hernán Cortés zarpó desde las orillas de Cuba hacía la provincia del Yucatán para conseguir el mayor tesoro de la historia del mundo. Todos sabían que existía, pero durante 600 años nadie había logrado conseguirlo.
500 soldados, 100 marineros, 16 caballos en 11 barcos en busca de oro, plata y joyas.
Cuando llegaron a las playas de Méjico los soldados esperaban ansiosamente las palabras de su líder, esperaban su estrategia.
Pero Cortés dijo solo 3 palabras. ¨Quema los barcos¨. Y eso mismo hicieron, quemaron sus propios barcos.
¿Y sabéis que? Algo asombroso ocurrió, lucharon y por primera vez en la historia consiguieron el tesoro. En realidad no les quedaba otra opción. O iban a por todas o morían.
Esto me lleva a plantearme unas preguntas.
Hay momentos que tenemos que apostar fuerte, quemar barcos, hacer grandes promesas. Ponernos en situaciones donde no tengamos vuelta atrás y donde tengamos mucho en juego.
Esto nos esfuerza a salir de nuestra zona de confort, a empujarnos un poco más, hacer lo mejor que podemos hacer porque no nos queda otra opción. Como no tenemos hacia donde correr, eliminamos la opción de huir, de escondernos.
Solo nos queda una opción……..
Comparto mi respuesta con vosotros.
Si pudiese vivir mi vida de nuevo….
- me arriesgaría más en todo.
- haría más locuras.
- eliminaría de mi vida las personas que me arrastran.
- no me tomaría las cosas tan en serio.
- expresaría mi amor más.
- usaría más las palabras Gracias, Lo Siento, Te Quiero.
- viajaría más.
- confiaría en mi intuición.
- Sería YO a toda costa.
- me atrevería a equivocarme más.
- miraría mis miedos a la cara.
- le diría SI a la VIDA.
- y…..me hubiera ido a ese concierto de Bob Dylan, aunque hubiera sido sola!
P.D. Este post lo dedico a una persona que, aunque todavía no haya tenido el placer de conocer en persona, ya siento que la conozco. Una persona que me ha hecho reflexionar varias veces con sus palabras y desde hace unos días me tiene pensando mucho.
Hoy es un buen día, un buen día para despertar, despertar a lo que ya tenemos.
Muchos cuando piensan en la felicidad, centran su foco de atención en lo que no tienen o lo que les falta. Incluso antes de plantearse si tienen felicidad, se preguntan, ¿Cómo puedo ser más feliz? Como si les hiciese falta mas felicidad.
Hoy os propongo otra cosa. ¿Por qué no parar y valorar la felicidad que ya tenemos? ¿Por qué no despertar a la felicidad de la que ya estamos disfrutando? La probabilidad es alta de que ya la tengamos, el problema está en que no lo vemos, no lo apreciamos.
Tenemos que despertar a las cosas simples que nos hacen felices. A esas pequeñas cosas que nos vienen gratuitamente, sin terner que trabajarlas. Esas pequeñas grandes cosas que nos ocurren cada día que no paramos a valorar.
Como primer paso es bueno. A partir de ahí ya podremos empezar a averiguar como ser más feliz.
Hoy es un buen día, un buen día para despertar, para despertar a la felicidad que ya tenemos.
y los otros que saben, no les importa.
Conseguimos…..no solucionar absolutamente nada!!!